Estudio sobre las pérdidas de mascotas durante las vacaciones
¿Cuándo, dónde y cómo se pierden nuestras mascotas?

¿Cuándo, dónde y cómo se pierden nuestras mascotas?
Esta encuesta analiza en qué situaciones se pierden las mascotas, especialmente durante las vacaciones. Su objetivo es identificar los factores de riesgo más habituales y desmontar los mitos que siguen existiendo en torno a la pérdida de una mascota.
Los datos se recogieron de más de 700 participantes, entre clientes de Weenect (Francia, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia, España y Reino Unido) y una campaña en Meta. La muestra incluye dueños de perros y gatos de zonas urbanas, rurales y periurbanas, con perfiles variados en cuanto a hábitos de viaje y vigilancia de sus animales.
Descubre los resultados detallados del estudio a través de una serie de aprendizajes ilustrados con gráficos.
En el 55 % de los casos, el animal se perdió mientras acompañaba a su dueño de vacaciones. En comparación, solo el 7,6 % de las pérdidas ocurrieron en casa de conocidos y el 0,5 % en residencias. Esto cuestiona la idea de que los animales se pierden sobre todo cuando están al cuidado de otros.
Solo el 31 % de los dueños mantiene siempre sujeto a su animal (correa, arnés, transportín). El resto relaja parcialmente la vigilancia: el 36 % solo lo sujeta en ciertos lugares, el 25 % lo deja suelto pero supervisado, y casi el 6 % lo deja suelto sin supervisión continua. Esta relajación, común en vacaciones, explica por qué muchas pérdidas ocurren mientras el animal está con su dueño.
La encuesta revela que el 47,2 % de las pérdidas se producen en entornos naturales (bosque, montaña, campo), pero el 52,8 % ocurren en espacios habitados: en el hogar (18,8 %), en casa de conocidos (9,6 %), en alojamientos vacacionales (8,1 %) o en la vía pública (9,6 %). Al contrario de lo que se piensa, la naturaleza no es el único entorno de riesgo: la vida cotidiana también lo es.
Ya sea en un paseo por el bosque o en el jardín de casa, hay múltiples situaciones que pueden provocar una pérdida: una puerta mal cerrada, una distracción momentánea, un impulso de persecución. Esta distribución equilibrada demuestra que la prevención debe convertirse en un reflejo sistemático, en casa y durante las vacaciones.
El 35,5 % de las pérdidas se producen por la tarde, por delante de la mañana (27,4 %) y la noche (21,8 %). Menos del 3 % tienen lugar de noche. Estos datos muestran que la gran mayoría de las pérdidas suceden durante el día, a menudo durante actividades al aire libre como paseos, paradas en la carretera o juegos.
El 43,6 % de las pérdidas ocurren durante las vacaciones de verano, mucho más que en otras vacaciones (primavera, invierno, etc.) o fuera del calendario escolar (23,9 %). Esto se debe a una combinación de factores: más desplazamientos, buen tiempo para salir, y menor vigilancia.
El 52 % de los encuestados afirman que su mascota se comporta de forma diferente al llegar a un lugar nuevo: el 27,5 % se muestra más curiosa, mientras que el 24,4 % se vuelve más inquieta o estresada. Solo el 34 % permanece tan tranquila como en casa. Este cambio de entorno puede aumentar el riesgo de fuga, incluso en animales que suelen ser estables.
El 67,2 % de los animales se recuperan en menos de 24 horas, pero el 20,4 % tardan varios días y casi el 12 % se encuentra tras semanas o incluso más. Estos plazos demuestran que una fuga provocada por un comportamiento inusual puede conllevar una desaparición prolongada, con consecuencias reales para los dueños.
Entre quienes han perdido a su mascota, el 74,4 % compraron un localizador GPS después, y el 13,5 % lo valoraron. Esto demuestra que un solo incidente basta para cambiar los hábitos de forma duradera e incorporar la prevención como reflejo protector.
Más del 90 % de los usuarios declaran sentirse más tranquilos desde que su mascota lleva un localizador GPS. Esta experiencia muestra que adoptar este tipo de solución transforma la relación con la pérdida: reduce de manera sostenible la preocupación de los propietarios.
Este estudio demuestra que la pérdida de una mascota ocurre a menudo en situaciones familiares: durante las vacaciones, en un paseo o incluso en casa. Estas circunstancias, que parecen estar bajo control, son en realidad las más expuestas si no se presta atención suficiente.
Al identificar los momentos de riesgo y los comportamientos que los favorecen, la encuesta permite orientar la prevención hacia lo realmente importante: el control del animal, la preparación para los desplazamientos y una mejor comprensión de su reacción ante los cambios de entorno.
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